TL;DR Google Search -> Kagi
Desde hace un tiempo he visto cómo las grandes compañías de tecnología se acercan (y a veces sobrepasan) el título de corporación malévola (EvilCorporation) en sus prácticas, el trato a sus empleados, el trato con el gobierno y por encima de todas las cosas: como tratan a sus clientes.
Uno diría que uno cuida a sus empleados y ellos se encargan de cuidar a los clientes y toda la parafernalia de los MBA de Harvard y demás Ivy Leaguers. Sin embargo, esta carrera desaforada a unos márgenes de ganancia cada vez más anchos, de crecimiento infinito y de números que solo suben mientras el costo de operación baja ha hecho que toda la industria descienda a un hueco creativo que Ed Zitron ha acuñado The Rot Economy (La economía de la podredumbre).
El advenimiento de la inteligencia artificial generativa, las criptomonedas y los productos aparentemente sin costo. Donde encontramos la máxima económica y la razón por la cual escribo este ensayo: si el producto no tiene costo, el producto eres tú.
Durante unos cuántos artículos me voy a dedicar a contarles todo lo que he hecho para escapar de los 5 grandes: Meta, Microsoft, Amazon, Apple, Netflix y por supuesto hoy por hoy, el quizás más usado por todos, Google.
Voy tratar de poner en palabras lo que siento. Esta lista no es ni de lejos el evangelio o la respuesta definitiva a todos. Es mi lista de escape personal y lo que me ha hecho a mi apoyar empresas más pequeñas con productos innovadores y por encima de todo seguros y privados. Y quizás, es el sitio por donde debamos empezar todo este cuento.
La privacidad
Se dice que si el producto no tiene costo, que uno es el producto. Y no hay un sitio donde eso se haga más fehaciente que en todos los productos de Google.
Cuando el internet nació tenía varios buscadores. Piensen en ellos como unas grandes páginas amarillas con todo el contenido del internet. ¿Que qué son las Páginas Amarillas? Antes de que el internet tomara nuestras vidas por completo y se convirtiera en la forma en la cual vemos el mundo, piensen que habían unos libros enormes de unas 2000 páginas, más o menos, quizás más, y estos libros tenían una lista de anuncios publicitarios de todos los servicios, empresas y emprendimientos en un área o ciudad indexados por tipo y luego alfabéticamente. Estos anuncios te decían que hacía la empresa, dónde estaba y un par de números de teléfonos. Las páginas blancas (mejor conocido como la guía telefónica) enumeraban a todas las personas con una línea telefónica terrestre. Nombre, apellido, número de teléfono y posiblemente área relativa donde se encontraba.
Google Search

Google (fundada en 1998 por Larry Page y Sergey Brin) proponía convertirse en las páginas amarillas y blancas de un naciente internet donde era difícil saber donde estaba todo. A través de los índices principales de los registros del internet, peinaba todas y cada una de las páginas de un sitio web siguiendo todos los links posibles y construyendo un índice detallado de que había en esa página, palabras clave y su contenido en texto de alguna u otra manera.
Junto a Google existían varios proveedores de este índice como Altavista, Yahoo, AOL, MSN Search entre otros. Google sin embargo aprisionó el mercado como el más completo, útil y exacto de los buscadores, al punto que se convirtió en verbo para buscar en el internet, es decir hoy googlear (Yo googleo, tú googleas, él/ella googlea, nosotros googleamos, ustedes/ellos googlean, vosotros googleáis).
Google obtuvo el dominio absoluto al convertirse en el buscador por defecto de Google Chrome, el de Mozilla Firefox y quizás el más importante: el iPhone.

Google obviamente logró monetizar su buscador de muchas formas. Convirtiéndose en la actividad lucrativa que la llevó a convertirse en una de las compañías más grandes del planeta. Google Search ofrecía avisos publicitarios, primero como unos simples links con un cuadrito que decía “Ad” que lo identificaba como un anunció. Luego empezó a ofrecer posicionamiento; yo pago, y mi resultado regionalizado sale muy arriba, o de primero, justo después de los anuncios.
Por último empezó a perseguir a sus usuarios y a registrar todo lo que hacían, las páginas que abrían, los clicks que hacían, a donde iban, el tiempo que duraban en una página, métricas duras que luego vendían a los distintos anunciantes. Ergo: los usuarios de la plataforma se convirtieron en su mayor y mejor producto.
La gota que rompió el vaso para mi fue esta insistencia en agregar cada vez más basura en una búsqueda, anuncios, promociones y un resumen de lo que la inteligencia artificial generativa de Google creía que era una respuesta aceptable para lo que buscaba. Por ejemplo, alguien preguntó como evitar que el queso se deslizara de la masa de una pizza cuando está caliente; la audacia de la IA solo respondió que bastaba con ponerle pegamento al queso para fijarlo a la masa (¡la audacia!)
Google Search se convirtió en un problema y dejó de ser una herramienta útil hace al menos 2 años. He buscado formas de no usar Google Search y tratar de evitarlo lo más posible. Como consecuencia se convirtió en el corazón de este juego de artículos de ruta de escape (es la segunda en realidad, de la primera que escape, Android, hablaremos otro día). Mi misión entonces devino en conseguir una herramienta útil que se adapte a mis necesidades.
Primero me fui a Bing. Microsoft, por supuesto, no tiene el uso que tiene Google y por ende no tiene idea de cómo balancear la búsqueda. Funciona exactamente de la misma manera: publicidad, ponderación, anuncios, links que no funcionan, cosas irrelevantes a lo que estoy buscando. Más de una vez Satya Nadella (CEO de Microsoft) ha dicho que daría lo que fuera por tener el acceso que tiene Google al iPhone y a sus usuarios simplemente para poder calibrar el buscador y hacerlo mucho más útil. Google tiene un convenio con Apple; paga no sé cuantos cientos de millones al año por ser el buscador por defecto de Safari y del iPhone dándole acceso a millones de dispositivos (sin incluir los suyos propios en Android)
Bing, por ende, no funciona muy bien. Mucho menos en otro idioma distinto al inglés (nadie usa Bing, la verdad sea dicha). Luego intenté con DuckDuckGo.
DuckDuckGo no está mal, pero está basado en Bing así que su alcance es limitado o muy parecido a Bing con un contrapeso y foco distinto. Ofrece resultados variados, tiene pocas opciones de personalización, y se jactan de ser el buscador de mayor privacidad. Sin embargo los anuncios publicitarios son opt-out (hay que seleccionar voluntariamente salirse de ellos) y hacen un mínimo de registro de actividad para poder mantener el motor funcionando.
Sentí que no tenía salida. Que estaba destinado a usar un servicio que no me daba paz ni tranquilidad simplemente porque no había opción. Algún desalmado me dijo que usara ChatGPT como motor de búsqueda y mi respuesta fue:
Hai Excomunion reservada a su santidad contra cualesquiera personas que quitaran, destruyeren o de otro cualquier modo enagenaren algún libro, pergamino o papel y sugiriesen Chatgpt para lo que sea en esta biblioteca sin que puedan ser absueltas hasta que esté perfectamente reintegrada.
Esta persona aún sigue bloqueada.
Mi encuentro fortuito con Kagi
Yo soy aficionado a los podcasts. Me encantan. David Pierce de The Verge mencionó hace algún tiempo que su vida cambió después de usar Kagi. Yo dije ¿Kagi?¿Qué será eso?
Resulta ser un motor de búsqueda del internet privado. En el sentido de que es una subscripción que tiene un costo monetario.
Muchos de ustedes dirán, ¿cómo es eso que Lucho paga por un buscador en el internet? ¿Está loco? ¡Los buscadores son gratis!
Hear Me Out
Con Kagi, por primera vez en mucho tiempo, tengo resultados útiles sin tener que estar pataleando. Es exactamente lo que necesito, como lo necesito, en el momento que lo necesito.
¡Pero espere! ¡Aún hay más!
Puedo ponerle el peso a las cosas que uso, excluir y bloquear sitios en su totalidad, bajarle la importancia a otros, ponderarlos, organizarlos, tener búsquedas que hacen lo posible por evitar la IA, búsquedas regionalizadas por país o idioma, búsquedas basadas por tema o forma (por ejemplo, una búsqueda académica que solo busca papers en universidades o lugares con representación científica comprobable).
¡Es útil! Y como tengo que pagar una subscripción, no intentan registrar nada de lo que hago porque ya tienen mi dinero. ¡Es increíble!
Quizás una de las cosas que más me gusta son los Bangs. Escribo
!RAE <TERMINO>
va al diccionario y me muestra la definición sin pasar por otras páginas antes.

Amo Kagi. Mi vida es un jardín ahora que no tengo publicidad en mis búsquedas ni me tengo que preocupar por quitar el token de registro de Google de los links que comparto. Información veraz y útil. Es una herramienta útil. Como lo fue Google en 2005.
Lo mejor de todo es que todavía no descubro todo lo que es capaz de hacer. Cada semana agregan un detalle nuevo, mejoran el algoritmo, lo expanden, no funcionan pensando en el SEO pero usan el SEO para saber que hay en cada página. Pero quizás lo que más paz me da:
No están intentando negociar con mi información, mi persona en el internet, ni mis hábitos. Kagi es el producto. Yo, soy solo un cliente. Y pago por no ser comercializado. Y seguiré pagando felizmente mientras pueda hacerlo. No hay vuelta atrás.
Este entonces es mi primera canción de la lista de escapar de Google. Para la próxima vez: Android y la balada del robotito verde de las mil personalidades.